Morir en domingo

 

No quiero morir en domingo,

nunca sabré si vienes a mi entierro porque es fiesta,

es un día que hasta el nombre me molesta,

aunque es día de Dios me da lo mismo.

 

No quiero morirme en este día,

si mi recuerdo está en tu mente se confía,

falta a tu trabajo, a tu ironía,

recuerda que yo vivo pretendía,

que pasando este día se escondía,

la esperanza de ese lunes que comienza,

la alegría hasta el sábado perdía.

 

Tal vez morir un viernes seria bueno,

el domingo ya casi nadie me recuerda,

y el domingo tendrá la culpa de su pena,

no llorarán por mi, por que es domingo.

 

Este día fue mi día, el domingo,

nací pronto, una tarde de domingo,

desde entonces daba un duro por perdido,

pasaba la semana echándola al olvido.

 

Era domingo y perdí yo la esperanza,

que el sol me mirara a mi a los ojos,

que la luna perdonara mis antojos,

que cogiera mis lamentos, ¡que ignorancia!,

y me durmiera con mis sueños de remojo.

 

No quisiera morirme yo un domingo,

y si me muero no lo digan muy temprano,

así yo no lo sabré, me iré marchando,

lejano...,

como si no fuera domingo.